PRESENTACION”La plaza de mercado, en similitud con la plaza, es entendida como el sitio de encuentro entre vecinos, conservando una memoria cultural alimentaría, rica en tradiciones locales y regionales, base para fortalecer la identidad y la pertenencia en una ciudad plural e incluyente. Hoy, se constituyen en espacios populares para intercambiar sabiduría tradicional, fomentar prácticas culturales, incrementar el sentido de pertenencia de comerciantes y vecinos y garantizar la seguridad alimentaria con nutrición a precio justo.”

María Cecilia Coronado Jiménez
Las viejas plazas de mercado, de los pueblos, comenzando por “la Plaza de Bolívar” de Manizales antes de convertirse en parque, era el lugar donde se reunían los habitantes para intercambiar semillas, experiencias y compartir un momento, para luego hacer el mercado.

Allí se vendían y se adquirían productos del pan coger, se hacia los negocios, se contrataban los trabajadores y hasta se compraba las cosechas, ya en el año de 1870, la plaza de Bolívar empezó a funcionar como plaza del mercado, con el tiempo las plazas de mercado dejaron espacio a otros, mas hechos para la concentración humana y disfrute del cemento y monumentos, dejando atrás, los lugares donde se hacia el ritual de interrelación de hacer el mercado.

Escuchemos a los cronistas “Desde el año 1910, cuando Manizales tenía 30.000 habitantes y era la capital del joven departamento de Caldas, se organizó el mercado público en una plaza especializada (hoy Plaza Alfonso López). El sitio escogido era un terreno difícil, lleno de colinas y con cañadas y nacimientos de agua por todas partes; pero con ayuda del agua se banquearon los cerros y con esta tierra llenaron las cañadas. Así se organizaron las calles y quedaron transitables para vehículos de ruedas; al mismo tiempo organizaron edificios en los cuatro costados de la plaza.”

Los historiales cuentan como: “En mayo de1947 el Concejo Municipal firmó contrato de construcción del Pabellón Central de la Plaza de Mercado, con el ingeniero José María Gómez Mejía, por valor de $261.000 pesos. La obra la inauguró el alcalde, doctor Fernando Londoño Londoño, en diciembre de 1951”.

“El terreno comprendía dos manzanas; aquí construyeron las galerías o pabellones, pero alrededor de la plaza de mercado fueron levantando cómodas casas de bahareque con tejas de barro, casi todas de dos pisos. En el primero funcionaban cafeterías, depósitos de grano, trilladoras y almacenes; en el segundo piso estaban las habitaciones de los dueños y lugares de “asistencia y camas”. y almacenes; en el segundo piso estaban las habitaciones de los dueños y lugares de “asistencia y camas” (Gurú -2- 2012).

La plaza de mercado se fue convirtiendo en una gran familia, un sitio de encuentro entre lo Rural y lo Urbano, realizándose una simbiosis, unos y otros compartían, no solo el lugar, sino que tenían la red de la construcción Social de su territorio.

Si hay un territorio donde el tejido social es complejo, en las dinámicas interpersonales, producto de las actividades económicas, y en los proyectos de vida, en lo social y lo cultural es la galerías.

En la Plaza de Mercado convergen múltiples culturas y formas de ver el mundo, es un lugar de “encuentros” el fluir de sus habitantes, la relación oferta y demanda que se da entre compradores y vendedores. Y el ritual del encuentro, que teje la red social que los mantiene unidos.

Hoy, cuando al decir de Saramago parodiando el mito de la caverna de Platón “el hombre vive en la caverna contemporánea de los grandes escaparates de los centros comerciales”, la Galería es un lugar de encuentros, de negocios e intercambio a manera de trueque, es por excelencia un lugar para la comunicación y el diálogo.

En los centros comerciales de hoy “el comprador no necesita intercambiar ninguna frase con el dependiente, a diferencia del diálogo que se establece en una tienda pequeña…Antes las gentes se reunían en las plazas o en los jardines, pero ahora no son lugares seguros”. Los grandes almacenes, prosigue Saramago “son, a la vez, las nuevas catedrales y las nuevas Universidades”.

Liliana Villegas, mujer dedicada al arte y la cultura y la creación de verdaderas joyas editoriales, conoce bien la vida y la cultura que se da en la Plaza, escuchemos a Liliana: “Es innegable la importancia de las plazas de mercado como economías asociativas comunitarias; es la despensa del departamento con mayor proyección social y económica. Allí llegamos todos. Es un lugar propicio para que convivan todas las esferas de la sociedad, desde los más llevados hasta los más acaudalados comerciantes. Todos tenemos que comer y allí se encuentra nuestra Seguridad Alimentaria.” Lo que le pasa a La Galería de Manizales hoy, es simple y complejo. Simple porque todo se puede reducir a la palabra mantenimiento. Mantenimiento necesita todo, empezando por nosotros mismos. Complejo, porque nos ha cogido ventaja y hay muchas cosas a las cuales hay que prestarles atención, con intervenciones oportunas e integrales.”

Es de reconocer que las Plazas de Mercado existen en todo el mundo y en muchos países y ciudades se han rescatado como valor cultural y de vivencias, sumado al valor de los alimentos orgánicos, de los productos de pan coger, cultivados en parcelas, donde el abono es orgánico. Hoy, son los productos más apetecidos en todo el mundo. Es por eso, que nosotros, todavía estamos convencidos, que entre todos si podemos, que es posible, lo-que-no-ha-sido.

En la galería existen muchos grupos que trabajan. Allí, encontramos a Virginia Santanter con su “Biblioteca Cristal de Sabila”, es admirable verla los sábados, enseñar a leer y leerles cuentos a niñas y niños del sector, un trabajo silencioso pero que construye Seres, también es posible ver los líderes de la “seguridad alimentaria” y muchos otros activistas, que se dedican a su trabajo comunitario, como forma de aportar socialmente, para un mañana mejor y un mundo mejor.

Entre ellas encontramos a Liliana y a Diana Gil, hablando sobre lo que conocemos como: Nuestra utopía- de-aquello- que-no-sido-pero-que-puede-ser: “Soñamos con que La Galería sea un lugar limpio y seguro. Que al ir allí se viva una experiencia que cautive todos los sentidos, una experiencia gourmet por lo que allí se consigue; un quesito envuelto en hoja de viao, unos tamalitos para llevar a casa, dulces de miel, palomitas de azúcar,…donde uno pueda invitar a propios y visitantes a desayunar o almorzar el mejor sancocho y los mejores frísoles de la ciudad, los jugos más variados, postres y parva deliciosa.”

Finalmente rescatamos lo que dijo Germán Vallejo en su intervención en la Galería: “Lo que se está proponiendo de parte de la ciudadanía es una actuación inteligente, dentro de una acción de renovación urbana que proyecte la realidad que hay en el sector. En el sector tenemos la Plaza de mercado que hay que proyectarla como un espacio de economía popular que presta el servicio básico del alimento, e integrar esta plaza con la antigua terminal, en la antigua terminal a la Alcaldía y a Corpocaldas, que fueron los que pagaron la consultoría a un grupo de Medellín, se les propone un proyecto de reciclaje urbano, de conectar el antiguo Terminal con dos partes: el Liborio Gutiérrez y el Alfonzo López, a través de una conexión , lo que se conoce como un corredor verde, se le hace esa recomendación, que se integre esa zona, que no tiene zonas verdes, como parte de la estructura ecológica principal urbana.

…Pero, ¿ cuál es la respuesta del Municipio?, Poner en venta la antigua terminal, se habla de construir un quinto pabellón, pero ¿por qué no se complementa la antigua terminal con la galería y se monta un sistema de abastecimiento de la ciudad?. Esa que es una decisión inteligente soluciona la falta de espacio público, porque utilizando esas dos áreas se puede generar otra manera de proyectar la ciudad. Desafortunadamente no vamos en esa ruta. Se habla de hacer un Plan Parcial de la Galería pero se empieza a vender el patrimonio público en función de intereses privados cuando es la Administración la que tiene a la mano hacer ese tipo de integraciones.”

Estamos convencidos, que la Plaza de Mercado de Manizales, la Galería debe ser una Centralidad Urbana, eje articulador de lo Urbano y lo rural y, que a su vez, sea considerado como nuevo centro Histórico de Manizales.

José Clareth

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