- 100 AÑOS DEL “MANIFIESTO DE CÓRDOBA ARGENTINA 1918”
CRISIS UNIVERSITARIA EN COLOMBIA 2018
Por: José Clareth Bonilla Cadavid.
“La educación pública es patrimonio de la sociedad civil. Ésta debe apoyarla y defenderla como garantía de sus procesos públicos y políticos, debe exigir que el Estado la fortalezca económicamente y tiene que poder demandar de la comunidad académica un compromiso” Guillermo Hoyos Vásquez.
Cuando conmemoramos la historia vemos que el tiempo no perdóna, ni olvida sus circunstancias, es la importancia de tener conciencia histórica y percatarnos que los hechos tienen un ciclo histórico, desconocer los acontecimientos que se repiten, ya fuere en forma maquillada, parece que estamos condenados a repetirlos.
Igualmente, como paso hace cien años “el manifiesto de Córdoba (Argentina), hoy pasa en Colombia, vivimos una “Crisis de la Educación Superior”, en Córdoba hace 100 años, los estudiantes sus marcha y protestas reclamando prepuestos y autonomía.
Como una estrategia literaria, es bueno ubicarnos en el contexto del “Manifiesto de Córdoba” de 1918, y tomar la referencia de las luchas estudiantiles desde el siglo XX y siglo XXI, podemos ver que en cada protesta estudiantil hay un ejercicio de lucha y reclamos Universitarios y educación en general.
Cuando analizamos el “Manifiesto de Córdoba”, parece como si el tiempo se congela, todavía se invocamos en las distintas marchas que realizan los estudiantes, profesores, rectores y población civil hechos en nuestro país, debemos reconocer que 100 años después, no son las mismas circunstancias, pero sus exigencias y espíritu de la lucha de los estudiantes son las mismas, puede afirmarse que guarda mucha similitud. …”Tal situación debería llamar a la profunda reflexión a los ciudadanos de nuestros países, nuestras Universidades, nuestros docentes, estudiantes, autoridades. Si una Universidad es responsable de producir conocimiento científico y tecnológico, como se explica que no haya experimentando desarrollo y evolución respecto a la superación de sus propios esquemas obsoletos. ¿Es que acaso la región no ha evolucionado?.”( mariagalindogomez.wordpress.com)
Casi toda mi vida he pasado cerca a los claustros académicos y en varias oportunidades escribí sobre lo mismo, como la baja cobertura, la deserción estudiantil (50%), la baja calidad de la educación por la ausencia de incentivos a los docentes, la investigación, la pertinencia y su articulación con el sector productivo y del trabajo, la globalización y la sociedad del conocimiento y otros más, se han aplazado en la últimas décadas y dejado en el camino sin respuesta, como si los problemas estructurales de la política educativa colombiana, no fueran la preocupación de una sociedad que busca en términos del Gobierno la prosperidad. Amartya Sen es muy claro: “sin educación no hay desarrollo, ni tampoco prosperidad”.
Los pocos y exiguos incentivos para ejercer con dignidad y calidad la docencia y la falta de recursos para el funcionamiento y la investigación, nos convocan a todos, nos exige un compromiso, un pacto ético que nos sirva como apertura al debate y así, prepararnos para defender la educación pública, para liberarla de las fauces de la privatización. La Declaración de Cartagena 2008 es clara cuando dice. “La educación no puede, de modo alguno, quedar regida por reglamentos e instituciones previstas para el comercio, ni por la lógica del mercado”.
Aspectos como la equidad, la pertinencia y la calidad de la Educación Superior plantean la necesidad de un alto en el camino, de una reflexión que supere lo coyuntural y que llegue a una lectura histórica, que indague y esclarezca la problemática de la Educación Superior, su entorno y sus exigencias históricas y existenciales; igualmente, reconocemos que en la medida que tomemos consciencia del carácter histórico de la universidad, podemos asumirnos en el presente, como sujetos de construcción de futuro en el conocimiento, en el quehacer, en el ser y en la convivencia, criterios básicos de calidad de la educación superior, para así, garantizar un futuro mejor. Un futuro que tenemos que construir ahora, porque si no lo construimos, no lo tendremos.
La responsabilidad de la universidad como constructora y constituyente de la sociedad del conocimiento dentro de un diálogo de saberes, no se puede eludir, no podemos ser cómplices de la mala calidad de la Educación Superior.
Se requiere vigilar y revisar cómo se construye conocimiento, en qué fundan las Universidades y profesores su discurso académico, su pensamiento, cuál es la pertinencia histórica, social y regional de ese saber y su posible confrontación con la realidad.
Es preocupante como el Gobierno Colombiano impone por medio de la violencia simbólica con la ley un presupuesto, totalmente inequitativo, para el año 2019 absorberá más del 25% del presupuesto total, transfiriendo grandes masas de dinero al pago del servicio de la deuda pública, mientras los derechos se ven cada vez más violentados y desfinanciados perpetuando e incrementando la desigualdad en el país que según algunas organizaciones internacionales somos el segundo país más desigual de américa latina y el caribe tras Haití. El gasto por estudiante en educación superior cayó de 9,1 millones de pesos en el 2000 a 8,1 millones de pesos en el 2015, lo que nos deja muy atrás tanto en cobertura como en inversión frente a la región. Como país, la inversión general que realizamos por estudiante al año es de U$3.000, cuando la de Argentina y México es de U$4.000.
Existe una déficit presupuestal urgente de 5 Billones de pesos y el Gobierno con 1/2 billón de pesos (500.000 mil millones), la realidad es de 55 mil millones para todos las Universidades, se dice que el déficit presupuestario de la Universidad Nacional es de 70 mil millones, oferta irrisorio hecha por el Presidente, es un irrespeto y paño de agua tibia. El estado Colombiano, seguirá aplazando una deuda presupuestal y estructural de la Crisis de la Educación en Colombia.
El Gobierno ha subestimado la solución de la Crisis de la Educación en Colombia, muy a pesar Acuerdo 26 de Octubre de 2018 la histórica ha mostrado el camino cuanto la violencia y el silencio del estado emergen tiranías y violencia reales o si es peor simbólica. El atropello de la semana pasada en el parlamento de “callar y silenciar” los estudiantes es una provocación de hecho.
Los estudiantes, profesores, egresados y sociedad civil están en pie de lucha defendiendo el patrimonio de la Sociedad Civil la Universidad Pública y exigiendo una “Mesa Nacional de diálogo y concertación”. En un comienzo hablamos de la similitud entre el “Manifiesto de Córdoba”, es una vergüenza que en este momento, se reclama la autonomía y financiación de la Educación de las Universidades.
LTodo parece indicar, que la lucha de las marchas y varías universidades están en asamblea permanente, esta semiparalizada la educación Universitaria en Colombia. Es el momento histórico para que se dé un cambio o ley marco de un modelo educativo general en Colombia.